miércoles, 13 de julio de 2005

London

Me gustaría escribir este post y no mencionar Londres en ningún sitio. Pero hala, ya se han visto frustrados mis deseos en la primera frase.

Mejor así, rápido y frío, como depilarse con cera de un tirón (o eso me dicen), total iba a caer antes o después.

Pues no quería mencionar Londres, y no ya por Madrid2112, ni por la presidencia de la UE, sino por el nuevo simbolito curioso (para mi, ideograma) que vamos a ver repetido en los medios de manipulación hasta la saciedad de aquí a unos meses: el "7J" (a que parece un símbolo asiático).

Es cierto, soy de los que no gustan de hablar del "11M", porque no me quiero acordar. Soy de los que hacen como que nada ha pasado (o intentan).

Pero esto es ligeramente distinto. No intento ignorar lo que ha ocurrido. Soy consciente de ello, me consta su realidad y actualidad, y aún así me resulta indiferente. No me sorprende, no me alarma y no creo que merezca tantas portadas. Chhhst! Esos gritos, que aun no he terminado.

Prosigo: Me resulta indiferente porque a fecha de hoy es ya un suceso anodino, corriente, acostumbrado, del montón. No porque haya ocurrido lejos de aquí.

Recuerdo un petardo muy reciente de ETA en Madrid. Recuerdo que según iba en el troncobús camino del tajo, veía surgir de Madrid una columna de humo negro y unos helicópteros revoloteando. "Otra bomba" recuerdo haberme dicho, con la indiferencia del que acaba de ver a un caniche plantar un tordo, y creo recordar que seguí leyendo en el móvil el libro que tenía en curso (Neuromancer pudiera ser).

No me preocupé ni me alarmé. Después de los atascos constantes, tanto de vehículos (Madrid: Record Guiness al mayor parking de España en superficie, optando ya al Galardón a nivel Europeo) como de personas, obras faraónicas, ruidosas, polvorientas y caóticas, accidentes, apagones, explosiones de gas, incendios espectaculosos y demás atentados contra la calma y el sosiego, una bomba más no hace sino añadir a la rutina.

Propongo a todo habitante de una gran ciudad occidental, desde mi humilde condición de ídem, que se conciencie de que su vida cotidiana ya contiene otro elemento de riesgo, que lo asuma y acepte, lo deje de considerar algo extraordinario, y continúe con su transcurrir por el tiempo sin dedicarle más atención.

Puede que te pille un atentado terrorista. Sí, vale, bien, puede. Pero mucho más probable es que te atropelle un coche, cuando un borracho se salta un semáforo, que haya cualquier caída o desprendimiento en una obra cuando pasas por debajo... y si eres conductor, ni hablamos.

Vamos, que ya asumimos un nivel muy alto de riesgo en nuestro día-a-día con la mayor alegría. ¿Por qué preocuparnos por un poco más?

Por otra parte, tengo hecho otro análisis que me lleva a la misma conclusión de más arriba. A saber: ¿cuál es la finalidad de los atentados? Todos seguramente deducimos que el terrorismo preten causar "terror". Entonces, asustarse porque hay atentados es bailar al son de los que los montan, alentan, utilizan o desean. Lo que yo propongo es pasar. Ignorarlo, hacer que pierda el interés, que deje de ocupar portadas.

Por supuesto, eso último no ocurrirá. Si tienen un fin, es ocupar portadas. Y si los que eligen las portadas tienen un interés, es llenarlas con estas cosas. Pero esa es otra historia, y debe ser contada en otro momento.

Termino con frasecita:

Life's a bitch.. so why not fuck it?